Si sueles despertarte cansado, de mal humor o incluso sudado, es probable que estés durmiendo mal. La mayoría de las veces, el calor es el problema. El secreto para mejorar tus noches puede estar en las sábanas que elijas para tu cama. Averigüemos por qué.
No dormir bien por la noche puede ser el comienzo de varios problemas que afectan a la vida personal, social y profesional. Si no tienes ganas de nada, no podrás afrontar los retos del día a día ni, lo que es peor, disfrutar de los buenos momentos, ¡y eso es lo que realmente importa!
La ajetreada rutina del día a día nos exige un mayor cuidado en cuestiones como la alimentación, la hidratación, el ejercicio físico y las horas de sueño, entre otras. Si creamos reglas y estrategias para lidiar con todo esto, nos estamos ayudando a sacar el máximo provecho de nuestro día.
Hace demasiado calor
Si sueles sudar por la noche, puede que la ropa de cama sea la causante de tu sobrecalentamiento. Es muy molesto despertarse con las sábanas empapadas de sudor, ¿verdad?
Puede ocurrirle a todo el mundo de vez en cuando, desde los bebés hasta los ancianos, por diversas razones, especialmente si la habitación está ocasionalmente caliente. Pero cuando se convierte en algo frecuente, deberías empezar a pensar en hacer algunos cambios en tu cama.
Así que, si te identificas con estos temas, ¡presta atención a lo siguiente!
1. Empezar con las sábanas
Ya lo sabes: cuando compres ropa de cama, considera la posibilidad de adquirir un tejido de alta calidad. Una de las razones por las que debes hacerlo está relacionada con la absorción de la humedad de las fibras que lo componen. Nuestro algodón y seda -las únicas materias primas que utilizamos- aprueban con nota en la evaluación de este punto, lo que significa que le ayudarán con los sudores nocturnos.
En cambio, si optas por ropa de poliéster, te hará sudar aún más. Esto se debe a que las fibras contienen plástico, que definitivamente no absorbe la humedad.
2. A continuación, retira el exceso
Cuando cambien las estaciones, presta atención a lo que hay encima de tu ropa de cama. Lo sabemos: tener la ropa de cama en varias capas da un aspecto lujoso. Pero a veces esa no es la mejor opción para dormir tranquilo.
Así que si tienes mucha ropa de cama, puede que sea el momento de guardar las mantas que no usas en el armario, o bien doblarlas valientemente cada vez que te vayas a la cama.
Y la encimera debe ser la adecuada. Asegúrate de tener en cuenta la época del año y la temperatura ambiente a la hora de elegirlo.
3. Es hora de refrescar tu dormitorio
Aunque no haga demasiado calor en el exterior, si sientes calor constantemente, aquí tienes un consejo: abre las ventanas durante un par de horas antes de irte a dormir, o después de despertarte.
Esto es algo que debes hacer durante todo el año para que el aire circule, especialmente en verano, cuando es aún más necesario. Pero si esto no es suficiente para reducir la temperatura del aire, la única solución es encender el aire acondicionado o el ventilador.
4. Y llevar el pijama adecuado
¿Has pensado alguna vez que el pijama que llevas puesto puede ser demasiado abrigado para esta temporada, o incluso para la temperatura de tu habitación? Hay que tener en cuenta dos cuestiones diferentes: el tipo de pijama que llevas y el material del que está hecho el tejido.
Por eso, prueba un estilo más fresco y acogedor. Evite cubrirse los brazos y el cuello, ya que son zonas del cuerpo más sensibles al calor.
En cuanto al tejido, al igual que la ropa de cama, debes elegir fibras naturales como el algodón o la seda, y aprovechar para dormir completamente seco.
Conclusión:
Ahora que estás informado sobre cómo prevenir los sudores nocturnos, estamos seguros de que notarás una gran diferencia en la calidad de tu sueño.
Lo único que queda es acurrucarse en tu fresca y suave cama y disfrutar de tus ocho horas (si es posible) de sueño profundo y relajante.