Claro, lo entendemos... lavar la ropa de cama es probablemente una de las tareas más tediosas, pero tómate un minuto para responder a estas preguntas: ¿lavas tus sábanas regularmente? ¿Con qué frecuencia los cambias?
Aunque siempre nos sentimos seguros en la comodidad de nuestra cama, nos ponemos en riesgo al no dormir efectivamente solos. ¡Sí, de verdad! Es probable que durmamos con bacterias vivas, pero invisibles. ¿Y cómo podemos combatirlo? Simplemente empezando por lavar las sábanas cada semana.
¿Pero qué pasa si no lavamos las sábanas?
Ignorar las tareas del dormitorio da lugar a sábanas sucias y polvorientas con una gran acumulación de suciedad que puede tener graves repercusiones en la salud. Desgraciadamente, es habitual estar desinformado sobre este tema, ya que la mayoría de la población desconoce que no cambiar las sábanas afecta a la calidad del sueño. Según los expertos, la ropa de cama debe cambiarse una vez a la semana para evitar el insomnio, los problemas de piel y las infecciones.
Cuando nos sentimos más perezosos, es más fácil posponer el lavado de las sábanas una semana más e ignorar sus repercusiones, pero no tener una rutina de lavado de la ropa de cama aumenta el riesgo de contraer virus y/o hongos debido a la mayor exposición a la piel muerta, la transpiración y los fluidos en las fibras del tejido. Normalmente perdemos escamas de piel en nuestras sábanas cada noche, lo que atrae a un tipo de insecto microscópico que vive en las fibras de las sábanas y se alimenta de la piel humana.
Aunque es menos probable, una intrusión de chinches es algo que puede tener lugar cuando no se cuida adecuadamente la ropa de cama, y son difíciles de tratar. Estas chinches suelen vivir en las paredes junto a las camas, lo que significa que un apartamento infestado puede convertirse rápidamente en un edificio entero afectado, ya que las chinches se desplazan por las paredes. Esta situación tiende a empeorar si tiendes a transpirar mientras duerme. En ese caso, te recomendamos que tengas más cuidado con la ropa de cama.
Las consecuencias más habituales están relacionadas con problemas cutáneos y respiratorios como acné, piel grasa, gripe, asma o incluso neumonía. Si duermes acurrucado con tus mascotas, redobla tus cuidados, ya que son la mayor fuente de parásitos y bacterias.
La única manera de evitar estos riesgos para la salud es cambiar y lavar las sábanas con regularidad. Los profesionales de la organización creen que las personas que lavan sus juegos de sábanas cada semana lo hacen por costumbre y no por necesidad. ¿Pero es suficiente? Aunque es la frecuencia recomendada, no está al 100% en el camino. No basta con cambiar los juegos de sábanas, sino que también es imprescindible lavar la funda nórdica y las fundas de almohada con regularidad (cada dos semanas, por ejemplo). Y cuidado con el error común de olvidar limpiar y lavar el colchón, las almohadas y la colcha. Puede que sean más difíciles de limpiar que simplemente meterlas en la lavadora, pero merece la pena.
Veamos el lado positivo: el proceso de lavado ablandará la almohada y distribuirá mejor el relleno. En otras palabras, hará que sus fundas y almohadas sean lo más cómodas posible. Sí, es cierto: lavando los productos que componen tu cama, la harás más confortable y la elevarás a un nivel más cercano al de un hotel de lujo.
